Déjame decirte cuanto te quiero, que quiero tenerte en mis brazos cada mañana al despertar, quiero pensar que te ha gustado la rosa y el poema que te regale, quiero pensar que los tienes en tus manos y que nunca se marchitara, que ha servido de algo las torpes noches que sólo he escrito para ti, déjame tenerte en mi…

 

Quiero decirte que te extraño, extraño tus ojos, tus manos… Esas rizas que dejabas escapar de tus suaves labios. El sólo pensar en tantas cosas que no hemos hecho… en tantas lunas que no miramos juntos… y ahora que despierto con el sol en la ventana, me lamento cuando lejos pude volar con vos y tuve miedo, me lamento cuantos besos pude sentir, cerezos, y la cobardía comprendida en mi vida, me alejó de la dulzura que muchas veces se perdían en el viento…

 

Comprendo que tuve miedo, que fui un tanto cobarde, pero sólo puedo, en esta estrecha y poco comprendida carta, de corazón decirte que te quiero, y no puedo olvidar tus ojos… !que tontera mi querencia¡ no entiendo…

 

No me acuerdo por momentos que te has ido de veras, que ya no estás, y sólo quedan los bellos recuerdos, Pero…

 

¿Cómo entender los versos que nunca he dicho?

¿Como comprender las cosas que nunca terminé de dibujar en mis sueños?

Pero, si alguna vez me piensas, o tan sólo me recuerdas, trata de comprenderme, si no puedes, trata de entenderme, porque aunque tenga muchos defectos yo igual te quiero y quiero sentir que el mundo ya no está vacío, sino que estás vos, ya sea en sueños.

 

Te amo mi amor y siempre seras mi amor mi gran amor